viernes, 4 de noviembre de 2016

CORTINAS DE HUMO



En la divertida y algo malévola "Wag the dog", se nos muestra como el poder político es capaz de simulaciones en diferido para distraer la atención de los ciudadanos y los votantes de lo principal. En España lo principal es un nivel de corrupción que nos alcanza a todos, desde el trabajador que no paga el IVA de la chapuza casera, a la empresa que con la contabilidad creativa consigue pagar menos impuestos gracias a la relajación de las regulaciones gubernamentales, auspiciadas por esas mismas empresas. No hace falta referirse a los paraísos fiscales, donde todo el que puede abre su chiringuito para esconder el dinero malversado o ganado ilegalmente y no pagar impuestos; algo muy conveniente para los poderosos. ¿Qué tenemos un gobierno implicado en la corrupción de la cabeza a los pies?, pues se recurre al interés de la nación, o a un Espinar, a Irán o Venezuela. Se defenestra a un secretario general por el bien de la Patria, refugio de patriotas y canallas. La cuestión es desviar constantemente la atención del meollo de la cuestión: listas de espera para recibir la necesaria cirugía; aulas con más alumnos de lo necesario para recibir una buena educación; oligopolios que se forran a costa del impotente consumidor; salarios de miseria que terminarán por hacer fallida la Seguridad Social y el pago de las pensiones presentes y futuras, porque es mejor y más rentable los planes de pensiones privados... Todo con el apoyo de los grandes medios de comunicación, atrapados por sus deudas e inclinaciones políticas espurias, algunos de toda la vida, y otros porque se han dado cuenta de la insoportable levedad de su ser.
Y ahora una sabia parrafada.
...El círculo es a veces acelerado deliberadamente por "empresarios de la disponibilidad", individuos u organizaciones que trabajan para asegurar un flujo continuo de noticias preocupantes. El peligro va exagerándose cuando los medios compiten con titulares que llaman la atención. Los científicos y otros grupos que intentan hacer perder el miedo y el horror crecientes atraen poco la atención de la sociedad, que casi siempre se muestra hostil: quien diga que el peligro ha sido exagerado, será sospechoso de estar vinculado con "abyectas maniobras". El asunto adquiere importancia política por estar en la mente de todo el mundo, y la respuesta del sistema político está guida por la intensidad del sentimiento público. La cascada de disponibilidad ha redefinido ahora las prioridades. Otros riesgos y otras maneras de emplear los recursos para el bien público han pasado todos a un segundo plano...

Daniel Kahneman. Pensar rápido, pensar despacio. 
ISBN 978-84-672-5479-2

viernes, 21 de octubre de 2016

HONRADOS Y HONESTOS



Muchos recordaran la Italia de Craxi y Giulio Andreotti, el primero del Partido Socialista Italiano y el otro del Partido Demócrata Cristiano. Una Italia completamente sumida en la corrupción. Craxi murió en Túnez en el año 2000, huido de la justicia; Andreotti falleció en 2013 en Roma.
Los paralelismos con  la España actual son evidentes, cada cual que saque sus conclusiones.

jueves, 20 de octubre de 2016

MURALLAS VIRTUALES



No se construyen castillos y ciudadelas si no hay algo importante que proteger: vida, riquezas y una forma de vida. 
Ahora ya no se practica la fortificación en piedra, ni dentro de setecientos años podremos fotografiar la nostalgia romántica de la arquitectura actual. 
Vivimos los tiempos de la tecnología digital donde los poderosos se protegen con sofisticados sistemas de seguridad "inteligentes", Las fortalezas son ahora los medios de comunicación que defienden el status quo, no hay piedras, solo un enorme muro de manipulación levantado con el dinero que se roba a manos llenas a los que habitan fuera de las murallas.

viernes, 10 de junio de 2016

UN POCO DE CAMBIO, ES MUCHO

Cantueso

Entiendo y comprendo perfectamente a los llamados medios de comunicación tradicionales en estos días electorales. Se les ve tanto el plumero que se hace difícil no sonrojarse de vergüenza ajena ante tanto miedo. Y todo porque puede que alguien tenga que pagar más impuestos. Porque quizá cuando una empresa acuda a una licitación pública no tendrá asegurado llevarse el concurso amañado con disimulo. Porque esos medios tradicionales tal vez dejen de recibir la publicidad institucional que les caía de sus amiguetes que controlan las arcas públicas. Porque los bancos tal vez tengan que dejar de cobrar a sus depositantes por guardar el dinero que no les pertenece, a los bancos. Porque a lo mejor debajo de las alfombras se esconden algunos cadáveres que no conviene desenterrar, y éso que últimamente aparecen muchos en lugares pacíficos como Panamá, Suiza, islas caribeñas...

Entiendo perfectamente a todos ellos, piensan que tienen algo que perder. Les ha ido bien con la socialdemocracia europea y española desde los años 80; y mucho mejor con los conservadores, sobre todo desde que cayó el muro de Berlín y la Rusia comunista y sus satélites se desmoronaron, ya no era necesario contentar a la clase trabajadora, se les podían ir recortando los derechos adquiridos desde el final de la Segunda Guerra Mundial, y en éso estamos, de manera acelerada desde la época de Reagan y Thatcher. Todo ello se lo debemos al poder financiero, o lo que es lo mismo, a unos cuantos codiciosos que han sabido comprar voluntades a mansalva, y para ello necesitaban y necesitan a esa prensa y televisión que no informa ni investiga, solo manipula porque es la única forma de que un trabajador vote a unos partidos que nunca van a defender sus intereses. A todo lo anterior tenemos que añadir la domesticación, en mayor o menor medida, de los sindicatos, intelectuales, profesorado universitario..., y los jubilados, principal objetivo de la política del miedo.
Así que entiendo perfectamente a aquellos que en España piensan o creen que Partido Popular o PSOE son buenas opciones, es como si la vida, con todas sus experiencias, no hubiera pasado por ellos.

Soy de los que prefieren lo bueno por conocer a lo malo conocido, de ahí la foto del cantueso primaveral.

viernes, 13 de mayo de 2016

REFLEJO POÉTICO


Vi a un tipo con una cámara fotografiando los charcos y eso me dio la idea de hacer lo mismo. Hay muchas formas de plagiar, desconozco la foto que pudo hacer él, ésta es la que hice yo. Le he dado la vuelta, además me gusta el título. Una mujer me dijo que no le gustaban las historias que se cuentan en primera persona, no le pregunté por qué, no era asunto de mi incumbencia ni me importaba su opinión, tampoco se lo dije. Hay personas que no me importan nada, aunque las conozca mucho o poco, no me importan. Me da igual lo que les pase en la vida, lo que sean o quieran ser. Sus sueños y añoranzas; sus esperanzas y anhelos y sus fobias. Sin embargo hay otras que si me importan, a veces sin saberlo. Vivo en una ignorancia total sobre ellas hasta que improvisadamente, sin advertencia previa, un algo inquietante llama mi atención haciendo que centre el objetivo en su persona. Una imagen desenfocada, tililante si no hubiera movimiento, como una estrella nerudiana, se cierne sobre la mente mostrando cierta claridad en alguno de sus relieves, como una ilusión de prestidigitador. La mano es más rápida que el ojo. Pero no todo es apariencia o realidad, verdad o mentira, Hay una constante que se desliza implacable sobre la percepción que tenemos de las cosas, que quiere acabar con nosotros en silencio, apaciguarnos como ovejas en plena canícula. Es entonces cuando hay que enseñar los dientes y dar verdaderas dentelladas, desgarrar la carne dejando que la herida sangre y muestre el tejido del que estamos hechos. Así, de ese modo brutal, sabemos que estamos vivos porque nos duele y dolemos.

lunes, 2 de mayo de 2016

ARGUMENTO EN UN PAISAJE HELADO


-Si-. Le dijo ella con rapidez, sin dejar que acabase de formular la pregunta. -Me gustan las novelas policíacas por el enigma que encierran, por el clima en el que se escribe, y por los personajes. O lo que es lo mismo: por los asesinos, los policías, su psicología y por ver, si la ficción, me sustrae de la realidad. Y así es las más de las veces para mi regocijo-. Al acabar dio un sorbo de la botella de cerveza relamiéndose el labio superior en un sutil y veloz movimiento de la punta de la lengua, como si lo hubiera hecho toda su vida. Él era todo un doctor en psicología delante de la mujer que un par de días antes le entró por la web de contactos con un..., ¡Hola! ¿Sabes?, me gusta mucho tu perfil, compartimos un montón de cosas, y, ¡joder!, pasó de hablar por aquí. Te paso mi teléfono... Miranda era su nick y su nombre verdadero. Entró en su perfil y vio que Miranda era muy de su agrado, por lo que veía y leía. ¿Cómo le había pasado desapercibido ese perfil?, él, que lo mira todo diseccionando cada gesto, cada letra. Estuvo todo el día calibrando cuál sería el mejor momento para llamar, pero tampoco quería parecer muy  interesado, y Miranda le interesaba de verdad. Así que llamó, y ahora estaban en una animada conversación sobre novela policíaca con cerveza.
-¿Y qué te parece éste que ha muerto?, un sueco creo que era
-Henning Mankell.
-Si, ¡ése!-. Señalando con el índice de la derecha a un lugar indefinido. -Me gusta -dijo ella-, un paisaje helado, frío, y unos personajes imbuidos de esa frialdad que no puede congelar del todo las emociones, ni los sentimientos. Un romántico, como casi todos los escritores de novela negra o policíaca. Una especie de anti poesía, ¿no sé si me explico?
-Te explicas muy bien. Quieres decir que, a pesar del carácter frío de los personajes y el ambiente, los sentimientos y emociones influyen.
-Por ejemplo -dijo ella-, si yo te digo que me gusta como mueves las manos, ¿que responderías?
-Si de verdad te gusta -dijo precavido-. te diría que son muestra de mi sinceridad.
-¿Y si te dijera que veo ternura en ellas..?
-Diría que eres una mujer maravillosa. -Clavó sus pupilas en las de Miranda, pero ésta aparto la mirada, no sin antes ver que las de Marcelo eran dos puntas de alfiler, aunque su voz y todo su cuerpo daban la impresión opuesta. No había emoción ni sentimiento alguno en aquellos ojos, solo una máscara teatral que los rodeaba en una pose de romántico amante. Ella tomó un trago de cerveza, y le miró directamente a los ojos, luego recorrió minuciosa cada pliegue de su rostro, sin prisa, regodeándose y dejando que Marcelo tomara nota de sus expresiones , de todas. 
-¿Y qué tal si vamos a otro lugar? -Dijo él, con una indiferencia total a lo que sabía que Miranda había visto en su mirada y cara, en todo su yo. No le importaba en absoluto, y estaba en un lugar público, o si no tal vez la hubiera cogido del cuello hasta que se hubiera cansado de apretar, Y lo hubiera hecho sin la menor emoción, salvo la de satisfacer un deseo inmediato. Él sabía lo que era desde pequeño.
-Eres un monstruo.
Marcelo podría haber respondido que, "si, lo soy", pero un espécimen de su nivel no muestra nada que no sea imitación, no tiene profundidad. No hay nada en él que un humano pueda comprender ni justificar. Un disfraz de apariencia para incautos. Un ser peligroso, con un modo de pensar y actuar que nadie espera de su especie. Ellos lo saben. Saben que son pocas las probabilidades de ser descubiertos antes de conseguir sus fines, y depredan sin control hasta que los pillan o mueren. Depende de lo que ocurra antes.





miércoles, 27 de abril de 2016

PENSAR SIN TIEMPO


Tengo una camiseta en la que pone "TAKE TIME", y éso es lo que hago, fingir que le tomo tiempo al Tiempo mostrando la misma indiferencia que él nos tiene a nosotros, aunque me gusta la puntualidad más que a un inglés estirado, por educación y porque no me gusta esperar ni hacer esperar, salvo exceso de confianza o confusión en el camino.
Se puede decir que, a pesar de la indiferencia, me obsesiona el Tiempo. Por supuesto que no era así en la tierna y salvaje infancia, cuando las horas las marcaban otros; ni en la adolescencia saboteada por las hormonas; ni en la juventud adornada por el idealismo rebelde y quizá revolucionario. En aquellos días era una bagatela.
La falsa madurez nos hace conscientes, en ocasiones irremediablemente, de que nuestro tiempo se acaba y nunca más volveremos a lo que fuimos. Pero no seamos pesimistas bien informados. Tenemos que seguir viviendo, nos gusta vivir -casi es un "nos" mayestático-, y disfrutar de toda la belleza, muchas veces oculta por la realidad de la codicia y malicia de nuestra especie, atareada como está en sobrevivir en el cruel egoísmo del depredador avaricioso; ése egoísmo que no se quiere ni se ama a si mismo y por lo tanto no puede querer a nadie. Un egoísmo psicópata (volveré a los psicópatas en otros post), porque parece que se han instalado en el poder y hay que desalojarlos, no debemos permitir que una minoría desprovista de emociones y sentimientos nos domine.
Y ahora me voy a tomar mi Tiempo para pensar, esa cosa -pensar- que nos diferencia como especie en este planeta sometido a las Leyes de la Física y a las aventuras de Alonso Quijano. Deberían vuesas mercedes dedicar unos minutos todos los días a pensar, sin reloj a ser posible.

Casa natal de Miguel de Cervantes en Alcalá de Henares

jueves, 21 de abril de 2016

YOU DRIVE, I WRITE



He leído un artículo que dice que cuando dormimos en cama ajena nuestro cerebro (media mitad) hace guardia "por si acaso"; de ahí que durmamos fatal el primer día de vacaciones en la flamante cama de hotel, o cuando nos refocilamos con el amante de turno por primera vez en un lugar desconocido. Algo ancestral y primitivo nos hace estar alerta. No podemos volver al pasado, pero nuestro acervo genético nos persigue con la lentitud propia de la evolución. Dormimos con la esperanza de regenerar nuestra mente de todo lo acontecido en la vigilia. Ordenar, olvidar, asimilar, encauzar..., despertar con los deberes hechos y la vaga ilusión de que el día será perfecto y viviremos para siempre. Una agradable sensación que todos hemos disfrutado más de una vez al despertar en nuestra confiable cama de siempre. Quienes han dormido y duermen en lugares no habituales entienden lo que están leyendo. Por lo general el segundo día se duerme mejor, el tercero es casi como si no hubieras salido de casa, y a partir del cuarto el cerebro entero duerme dispuesto a despertarse en un perfect day. Te asomas a la ventana y ves el azul turquesa del mar, las palmeras ondulando al socaire de la brisa perfumada por el aroma de flores desconocidas y los sonidos que ya se han hecho habituales. Si, estás en el paraíso. No hay peligros a la vista, tal vez tragues un poco de agua tropical al darte el primer baño mañanero, pero ¿a quién le importa si has follado antes de salir de la cama y te sientes genial? Tienes a tu cerebro y tu mente satisfechos, felices. Se te nota en la mirada, te brillan los ojos, tus rasgos están suavizados y la piel iluminada. Cuando llegue la noche podrás cantar, como Gardel: silencio en la noche, ya todo está en calma, el músculo duerme, la ambición trabaja...
Cuando vuelves a tu habitación de siempre, a la cotidianidad de esas cuatro paredes, de tus cosas tan queridas o no; a esa cama que guarda todos tus secretos y que nunca hablará aunque la torturen hasta la muerte, recordarás todo y quizá, solo quizá, tengas una mala noche con medio cerebro alerta.

sábado, 16 de abril de 2016

TIEMPO Y VIDA



El Tiempo, esa constante que, entre otras, hace del Universo lo que es -y los humanos somos uno de sus componentes-, moldea las cosas sin inmutarse; sin emoción o sentimiento alguno. Con la matemática que intentamos desentrañar desde antes del Big-Bang, si es que antes de esa singularidad el Tiempo existía, y si existirá cuando las galaxias estén tan alejadas unas de otras que, la soledad de nuestro planeta se nos antojará insoportable, aún más. Sin embargo, el mismo paso del Tiempo observado desde la perspectiva humana que no tiene en cuenta la relatividad de Einstein, hace que las cosas que nos rodean adquieran una cualidad que nos hace sentir lo perecedero de la belleza y de nuestras vidas, magnificando la ilusión de nuestra existencia.


martes, 12 de abril de 2016

FOLLAR


Coger un libro en el significado que tiene la palabra coger en algunos países de América. Dice el Diccionario de la lengua española en la edición del tricentenario, en su acepción 31: realizar el acto sexual. Follarme un libro, meter la polla entre sus hojas, en una página bien definida. En una de ésas que hay un párrafo tan bueno, tan bueno que haría las delicias del poli de Antonin Artaud. Si, sentir la tinta de las letras sobre la suave piel del glande mientras recito en voz alta las frases que tanto placer me dan. Y aún así, en este desparrame, no sería el primero ni el último en follarse un libro. Recuerdo a un conocido que un día me mostró unos folios en blanco guardados en un cajón, en el último del escritorio de aglomerado y fórmica, doblados sobre si mismos conteniendo la esencia amarillenta y fosfórica de sus gónadas en días, tardes o noches de oscuro placer edípico. "Fóllate un libro" le dije, pero quería demasiado a los libros para amarlos tanto. Las personas siempre superamos a la ficción en nuestra recóndita y real intimidad; y como pensar y hacer tales actos no son delito, sentimos un placer extraño, delirante, animal.
Algunas personas practican la zoofilia, otras se follan la tierra o los árboles, su coche o su moto, una sandía o un melón. Otras creen que follar es tirarse ventosidades sin ruido, soplar con un fuelle; componer con hojas algo. Talar o destruir. Si, todo éso es follar. Pero..., ¿a quién le importa follar un cartapacio con las hojas del jardín botánico? A la gente lo que le gusta es follar y que las follen. Basta con alzar la mirada a la organización social, a cualquier organización social, para percatarse de cuán bien nos follan a la vista de todos mientras leemos o vemos las noticias con la indignación del mal follado.

domingo, 10 de abril de 2016

EL SÉPTIMO DÍA

Amplia la foto

Como canta Nina Simone no tengo nada. No tengo casa, no tengo coche, no tengo ropa, no tengo joyas, no tengo televisión, no tengo radio, no tengo vajilla..., no tengo hermanos ni hermanas, ni padre ni madre ni hijos. No tengo abuelos, ni tíos ni sobrinos. No tengo nada que puedas robarme, quitarme o envidiarme. No tengo amigos. No tengo nada. No me tengo ni a mi mismo, estoy de prestado en este mundo. Solo en este Universo que no puedo abarcar. 
¿He escrito solo? Pues he mentido.
Si, estoy solo -ahora me contradigo-, pero es mentira. Me basta con salir a la calle e ir a la frutería, comprar dos calabacines, una berenjena, dos pimientos rojos, un kilo de pimientos verdes, un cuarto de fresón y escuchar como una cliente me pide perdón -perdonada, le digo-, cuando choca conmigo. Pago, me pongo las gafas de sol y las cosas se ven de otro color; aunque son las mismas cosas de siempre amortiguadas en su brillante opacidad por el cristal con que se miran.
Como canta Nina...tengo una mente, unas manos, unas piernas, una polla, unas orejas, una boca con sus labios que alguna vez besaron con amor y delicadeza, tal vez con ternura y deseo a alguien que se sabia única. Tengo una idea de lo que es la vida y las personas y los animales y los árboles y montañas. Se como huele la hierba cubierta de rocío y la bosta de vaca, y la sangre. Se como hueles en tu entrepierna porque a veces he estado allí abajo intentando seducir tus instintos, domesticarlos. 
Se, como Sócrates, que no sé nada, y que al final tomaré la cicuta quiera o no. Pero me gusta la vida, su cortedad, y lo eternos que parecen los momentos perfectos. Ya es bastante.

lunes, 4 de abril de 2016

TRAS LA PUERTA


Un autor, a veces, debe transformar la realidad en ficción, porque si no la primera sería opresiva y casi con toda seguridad increíble para el lector. Hace algún tiempo, tras esa puerta de desvaído azul carcomida por el salitre y el viento, ocurrió un suceso que pasó desapercibido para el resto del mundo y que cambió para siempre la vida de sus protagonistas.
Una mujer y un hombre, sus nombres no vienen al caso -incluso puede que ya hayan muerto-, vivieron lo que unos pocos conocieron como el "incidente de las Salinas". Ella era un personaje de la realeza harta de los devaneos de su esposo un día coronado; él, un hombretón que pasaba sus días bajo el Sol y el viento del Mediterráneo, de cocedero en cocedero, amontonando sal para su amo desde finales de marzo a octubre, los meses propicios para ello. Ella realizaba un viaje privado por aquel rincón perdido del reino y olvidado de todos, salvo para algún poeta que ensangrentó su obra con una boda terrible. Navegaba su alteza por las salubres aguas en su cóncava nave, cual aquea raptada por la mitología, cuando el motor se paró sin explicación aparente. No había radio a bordo, ni esquife para salir del apuro, así que, a grandes voces y moviendo sus brazos como quijotesco molino de viento, uno de los marineros solicitó ayuda a un hombre que desde la costa miraba el barco, o tal vez mucho más allá del horizonte. Él, el salinero alto y fornido, curtido y de poderosos brazos, entendió el mensaje. Aquella gente estaba a la deriva. Se subió a una barca y remó hasta el barco. Cuando llegó a la borda le explicaron que la atildada señora que iba a bordo era persona de importancia y debía llevarla a la costa, también que avisará a las autoridades para que enviaran ayuda y pudieran remolcar la nave averiada a puerto seguro. Todo se cumplió a pedir de boca (disculpe el lector el lenguaje anticuado). La señora fue invitada a pasar tras la puerta azul y resguardarse del viento y el Sol. Se le ofreció café, agua, y aceptó. Nuestro salinero corrió raudo a la oficina y allí explicó el suceso, tomándose las medidas pertinentes y volviendo él a la casa. Lo que viene a continuación puede ser leyenda o puede ser verdad. Nadie entró o salió de la casa hasta que se presentó una pareja de agentes de la ley buscando a la invitada, con mucho protocolo y cuidadosos modales, horas después. Meses más tarde, los razonables, la mujer alumbraba un vástago entre grandes titulares. La vida continuó su curso entre montañas de sal, olvidada y áspera. Un día el salinero desapareció para siempre. Se cuenta que alguien lo reconoció, muchos años después, deambulando por la capital del reino, pero yo no creo que sea verdad. Pienso que navegó en el mismo barco con el que salvó a la dama, y remó más allá del horizonte y de la impudicia de los hombres.

viernes, 4 de marzo de 2016

PODEMOS PODAR


Los árboles de la foto se plantaron para ser podados un día. En política, cuando lo sembrado deja de ser rentable o no sirve a los intereses del pueblo, lo más sensato y razonable es podar todo lo podrido. En España es abundante la podredumbre (y no solo en España, en la Unión Europea hay mucho que podar y limpiar). Podemos y debemos podar, limpiar y sembrar de nuevo, y hacerlo sin compasión, al menos con la misma falta de la misma que han tenido con nosotros hasta ahora.

miércoles, 24 de febrero de 2016

CUIDADO CON LO QUE HABLAS



Un inasible y sutil aroma se infiltró en su pensamiento, evocando una tormenta de recuerdos olvidados...Mary Jane Morte. De su libro Los Olvidados (1967)
¿A quién le cuentas estas cosas? -Se refería a lo que se le dice a una persona de confianza, de mucha confianza durante una conversación. Una conversación íntima, donde los actores van desanudando sus pensamientos recónditos entre sorbo y sorbo; rebuscando en su interior las palabras, los gestos, el lenguaje más preciso adecuado a lo que se quiere expresar. 
A personas como tú, ¿a quién si no? Tiene que ser alguien que vea el mundo del mismo modo; entender y comprender ese punto de vista que sabes que no todos aceptan o si existe. -Bebe del vaso y lamenta que ya no se pueda fumar en los bares, con lo que le apetece ahora un cigarro. Ambos se observan con aprecio y curiosidad. El aprecio es necesario para que la curiosidad sea permitida, y debe ir en aumento a lo largo de la charla porque de ese modo se fomenta la atención, así como el interés en lo que transmitimos. Tal vez llegue un momento en el que una de las partes diga: no sé si contarte ésto, pero..., a veces no es necesario usar la coletilla, basta con decir con naturalidad éso que sabemos que sorprenderá. solo para comprobar que nos entendemos, que era una sorpresa esperada que abre un nuevo capítulo en la conversación, como si fuera una novela donde los personajes van tomando forma, adquieren esa carnalidad que nos toca para hacerse reales dentro del papel. Pero es de la vida que llamamos real de lo que se habla, y en toda esta lógica las emociones no dejan de estar presentes, jugando su baza a pesar de los contendientes, moldeando lo que mostramos hablando para hacernos más transparentes. Es un endiablo juego en el que las apuestas son elevadas, en el que nadie tiene porque perder. No siempre es así.

jueves, 18 de febrero de 2016

UN INSTANTE DE SILENCIO



Me sentía como Robert Redford en Las aventuras de Jeremiah Johnson o Leonardo DiCarpio en El renacido. Al comienzo del paseo -he ido por donde fuimos en nuestra primera cita-, había bastante gente: unos que iniciaban el paseo, otros que volvían y los que estaban en distintos sitios, con niños o sin ellos, jugando con la nieve, tirándose con trineos por las cuestas, haciéndose fotos, con perros, comiendo un bocadillo...; pero pasados un par de kilómetros ya no he encontrado a nadie, salvo a otro como yo que volvía del collado, al menos de esa dirección venía. De cuando en cuando el Sol se dejaba ver y la nieve refulgía con diminutos brillantes. Sentía y oía el crujido de la nieve bajo mis pies, el jadeo de mi respiración, el sonido de los bastones al clavarse en la nieve, el crujir del hielo y los incipientes arroyos (¿recuerdas que estaban secos cuando estuvimos?), rumorear pendiente abajo.No había viento, por lo que, al parar para descansar, se percibía un gran silencio, una quietud irreal, una soledad que se toca con los sentidos. Un alivio. Uno no puede pensar con continuidad, la belleza del paisaje es tan profunda, llega tan lejos que, te absorbe las emociones y los sentimientos. Todo es belleza, de cuando en cuando cruzada por la majestuosa línea negra del vuelo del cuervo y el resonar de su graznido. Por un momento he pensado que todos habíamos muerto, yo incluido. Si, estaba ahí, entre pinos y rodeado de nieve, solo y asombrado, sabía que estaba muerto. Lo supe cuando dejé de ver personas aunque no me di por enterado, porque lo que me interesaba de verdad era el camino, subir al llano para encontrar un lugar en el que comer un poco y fumar un cigarrillo. Luego, volver por el mismo sendero, para de ese modo ver la vida del revés, en un rebobinado imperfecto, donde siempre dejas algo detrás, hasta que de nuevo aparecen las gentes que aún no saben que están muertas, y uno, que ya se sabe muerto, se sorprende de que parezcan tan vivos.

viernes, 29 de enero de 2016

¿NOS HACEMOS UN KAFKA?



Empezó una mañana con el primer pie que se pone en el suelo al levantarse de la cama. Sintió un cosquilleo agradable en la punta del dedo gordo del pie. Lo movió para desentumecerlo, como cuando se duerme un miembro, y no pasó nada, el cosquilleo seguía allí. Ahora era más constante, lo percibía debajo de la uña y pegado al hueso. Un extraño placer invadía sus sentidos que le pedían más. El timbre del teléfono vino a interrumpir lo que iba camino del éxtasis. Al dejar caer el peso de su cuerpo sobre los pies para ir a coger el teléfono la sensación placentera desapareció; un dolor rabioso se instaló en el dedo, el cuál, se mostró esponjoso y sin rigidez cuando le tocó impulsar el píe hacía delante, lo que le hizo trastabillar, perder el equilibrio y dar con su cabeza en el borde de la cómoda, provocando que perdiera el conocimiento durante unos minutos. En este tiempo su mente elaboró un sueño en el que todo su cuerpo se estremecía de placer; era un orgasmo que parecía no tener final. Él mismo se percataba, dentro del sueño, de lo raro que era éso. Sin embargo no podía ponerle fin, tenía la voluntad domada. Había momentos en que el placer disminuía, alertando a los sentidos, pero enseguida aumentaba la intensidad, como si supiera lo que su mente soñaba.
Pero no era un sueño. Pasados los efectos de la conmoción, instintivamente se llevó la mano a la frente, tocando la hinchazón dolorosa y pegajosa. Ya no sentía placer, le dolía la cabeza, y notaba uno de sus pies como el corcho. Se incorporó y miró en su dirección; tenía un píe normal, una pierna normal. El otro era otra cosa. Dónde antes había un píe con cinco dedos, se veía ahora un cilindro sonrosado formado por anillos que se estiraban y encogían rítmicamente, al unísono con su respiración, o así le pareció. Aquella cosa como el brazo de un muñeco Michelín le estaba devorando vivo. No sentía placer, no sentía dolor. No sentía nada de nada. El cilindro crecía al mismo ritmo que se alimentaba; había alcanzado la rodilla avanzando sin pausa hacía el muslo y la ingle. Con cada centímetro devorado perdía un poco la conciencia de si mismo; comprendía mejor la naturaleza del gusano que le comía; lo aceptaba como ley de vida. ¿No les pasaba a todos lo mismo en cierto momento de la vida?, ¿no acaban todos los hombres siendo devorados por un gusano que les sustituye al final del proceso? ¿Acaso los gusanos no fueron un día humanos? Ya era medio gusano aunque se sentía como un gusano entero, notaba su instinto de gusano. Uno carnívoro que se devoraba a si mismo, porque él solo era un alimento...Buscó un rincón umbrío en el cuarto y comenzó a tejer un capullo a su alrededor.

jueves, 21 de enero de 2016

DOS CABRAS SOBRE EL TECHO DE UN R-4


El agente literario le advirtió de que llevaba varios días sin escribir. Le dijo: no deseo decirte lo que debes hacer, pero hace días que no escribes... A lo que él respondió: lo tengo todo en la cabeza
Las crisis creativas afectan a los escritores en el sentido de que nada de lo que escriben les parece digno de ser escrito. Arrugan folios, eliminan frases, páginas y hasta capítulos de lo que consideran mala literatura. Pierden la chispa, la sutileza, el sarcasmo, la ironía. Dudan de todo. Las ideas que semejan un buen argumento se despeñan por el barranco del cansancio: un lugar aburrido por el que caen a cámara super lenta las inanimadas cosas que la imaginación desecha con premeditada desidia. 
Así que el escritor en crisis pasa los días con la mano extendida a la espera del billete de quinientos euros que, sin perder nunca la esperanza, nunca nadie depositará en su mano porque si lo que quiere es éso tendrá que inventar una historia de mendigo y mano extendida que recibe un billete de quinientos euros de una misteriosa persona que no tiene que ser la protagonista como tampoco lo tiene que ser el mendigo y ni siquiera tienen porque aparecer en la historia, pues ésta, la historia del mendigo con la mano extendida y el billete de quinientos euros, bien poco vale sin alguna excepcionalidad que el escritor en crisis le aporte a los personajes u objetos que aparecerán en ella. Es ahí, cuando la imaginación tiene que ponerse a trabajar, cuando todo falla y el mendigo con su imposible billete de quinientos euros se aleja pendiente abajo sin que haya voluntad que lo impida. La inspiración es una cosa sobrevalorada en el mundo creativo, buenas ideas hay pocas y, cuando surgen, suelen quedarse en la mente hasta que se llevan al papel, lienzo o piedra, pero es mejor que te pillen en el tajo cuando llegan, parafraseando de mala gana a Picasso, porque harán buena la mediocridad que hasta ese momento llevabas a cabo y te pueden dar un billete de quinientos euros, o más.

lunes, 11 de enero de 2016

CUÁDRUPLE PERSONALIDAD



Me ha ocurrido una cosa curiosa en la cosa esta de las redes sociales. Una persona que es de mi absoluta confianza me ha confesado que cree que soy -aparte de quien ya soy- otras tres personas más en la misma red social que frecuentamos. Ha llegado a esta conclusión analizando los textos, imágenes, enlaces del que esto escribe, así como lo que han publicado los otros "yo" que soy, según su veredicto final. Le he respondido que estaba equivocada, pero no me ha creído. Hemos tenido una conversación poco satisfactoria en las que ella aportaba pruebas que no puedo rebatir, ya que me son ajenas, y a mi vez le advertía de que se equivoca en su análisis y apreciación de la casualidad como factor probatorio de una teoría. Totalmente inútil, no ha cambiado de opinión, Si lee ésto seguro que habrá ironía en su rostro. 
Su insistencia en mi "culpabilidad" me ha llevado a pensar en si no habrá por ahí -sueltos- imitadores de la vida de otros, en este momento desconozco la funcionalidad de tal actividad, pero la creo plausible para el comportamiento humano. Al contrario que algunos, pienso que no hay un solo ser humano normal, todos tenemos algún rasguño que nos delata; y partiendo de la teoría de mi amiga, que todo hay que decirlo, no es una experta, pero tiene buen tino, consideraré tal teoría como plausible, y pensaré, a diferencia de ella, que puede haber tres personas más que se parecen a mi cuando se expresan en las redes sociales; que ésto puede ser fruto de la casualidad, con lo que desbaratada la cadena de casualidades se demuestra lo erróneo de su teoría; y, que efectivamente no exista casualidad y haya tres imitadores con algún oscuro plan, o un plan sin oscuridad, incluso sin un plan.
Tengo las pruebas necesarias para iniciar una investigación, mi amiga las ha recolectado y me las ha facilitado con amabilidad, pero ¿sabes qué?, las voy a guardar por si las necesito. De momento me haré el despistado, como si todo fuera una casualidad auténtica, y recomendaré a quien sé que me quiere, que lea este post, pues ya le advertí sobre el tema cuando tuve la primera noticia. Me gusta el misterio, pero.




miércoles, 6 de enero de 2016

AGUA Y FUEGO


El año ha comenzado ventoso y con el mar alborotado. Viento y agua para limpiar los restos del naufragio. Fuego para calentar ese músculo que eleva la sangre al cerebro y nos mantiene alerta.


¡Buen año 2016 para todos, con excepciones!