martes, 12 de abril de 2016

FOLLAR


Coger un libro en el significado que tiene la palabra coger en algunos países de América. Dice el Diccionario de la lengua española en la edición del tricentenario, en su acepción 31: realizar el acto sexual. Follarme un libro, meter la polla entre sus hojas, en una página bien definida. En una de ésas que hay un párrafo tan bueno, tan bueno que haría las delicias del poli de Antonin Artaud. Si, sentir la tinta de las letras sobre la suave piel del glande mientras recito en voz alta las frases que tanto placer me dan. Y aún así, en este desparrame, no sería el primero ni el último en follarse un libro. Recuerdo a un conocido que un día me mostró unos folios en blanco guardados en un cajón, en el último del escritorio de aglomerado y fórmica, doblados sobre si mismos conteniendo la esencia amarillenta y fosfórica de sus gónadas en días, tardes o noches de oscuro placer edípico. "Fóllate un libro" le dije, pero quería demasiado a los libros para amarlos tanto. Las personas siempre superamos a la ficción en nuestra recóndita y real intimidad; y como pensar y hacer tales actos no son delito, sentimos un placer extraño, delirante, animal.
Algunas personas practican la zoofilia, otras se follan la tierra o los árboles, su coche o su moto, una sandía o un melón. Otras creen que follar es tirarse ventosidades sin ruido, soplar con un fuelle; componer con hojas algo. Talar o destruir. Si, todo éso es follar. Pero..., ¿a quién le importa follar un cartapacio con las hojas del jardín botánico? A la gente lo que le gusta es follar y que las follen. Basta con alzar la mirada a la organización social, a cualquier organización social, para percatarse de cuán bien nos follan a la vista de todos mientras leemos o vemos las noticias con la indignación del mal follado.

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