viernes, 29 de mayo de 2015

TRAS EL HUNDIMIENTO, LA DESTRUCCIÓN



Seguramente quedarán infinidad de rastros de la documentación destruida en los últimos días en los diferentes ayuntamientos y comunidades donde los corruptos han perdido las elecciones. La intención de esta destrucción masiva es entorpecer, todo lo posible, la averiguación por parte de los nuevos electos de los chanchullos, corruptelas, delitos y malas practicas de los anteriores gobiernos. Todos recordamos que los ordenadores de la Moncloa estaban "vacios" cuando accedió al poder Zapatero. Estos actos están penados por el Código Penal, y, aunque sea algo que se lleva a cabo de cuando en cuando para ahorrar espacio en los archivos, resulta de una sospecha insoportable que se realice en la cantidad y con el descaro que se está haciendo desde el día siguiente de celebrarse las elecciones. 
Delincuencia política de alto nivel que pretende quedar impune, indultada y con los bolsillos llenos. Esperemos que no sea así.

jueves, 7 de mayo de 2015

LA CONFUSIÓN



La vida cambia o se trasviste a una velocidad tal que, un día, de repente, uno confunde las portadas de EL PAÍS y el ABC, sin encontrar diferencias que justifiquen contrastar la información o desinformación que aparece en ambos medios. Para el lector avezado no es necesario recordar las dificultades económicas por la que atraviesan los medios tradicionales en papel, los dos mencionados son un ejemplo de ello; ni hacer mención de la íntima relación de los grupos de comunicación con los partidos políticos, por ejemplo el PP y el PSOE; sin olvidar, tampoco, el control que ejercen los bancos sobre tan natural simbiosis, uno férreo, y de ahí a lo obvio: apretar el gatillo,  las finanzas son un arma, y la política es saber cuando apretar el gatillo. Y ahora que nos han recortado derechos tienen miedo a perder privilegios injustificados en cualquier lugar decente (como diría Juan José Millás: ¿qué demonios significará decente?), lo que me lleva a la confusión del principio. 
En estos días es tanta la fetidez que emana del poder, tal cantidad de efluvios hediondos, que será un reto distinguir otros olores más amables entre tanta podredumbre. El liberalismo de plutocracia con el que se ha venido gobernando -bajo diferentes siglas, y no solo en España- los últimos 35 años, no esta dispuesto a perder cuota de poder, nunca lo está, por lo que nos ha declarado la guerra blanda. En esta guerra no hay disparos de arma de fuego, tan solo un bombardeo constante de palabras e imágenes en una misma dirección, una especie de Gran Hermano orwelliano que no quiere oír hablar de socialdemocracia, no digamos ya si la cosa tiende a la anarquía, de la utópica, no se me vayan a espantar los plutócratas. Y en esas estamos, a ver que hacemos con la manita que dirige la mente que nos impulsa a coger la papeleta errónea. Pero ya que nos vamos a equivocar..., al menos ganemos la guerra.

En eldiario.es , están publicando estos días una gran exclusiva, no dejes de leerla para estar bien informado.