miércoles, 22 de abril de 2015

CARNÍVOROS


Nos gusta más la carne que el pescado, y éso que la mayoría de las personas no saben en que consisten los descartes que se practican en el mal llamado arte de la pesca. Nos fascinan las noticias de los asesinos en serie. Esta semana tenemos en los medios de comunicación nacionales tres de esos casos: el niño de la ballesta; el asesino de Majadahonda, y el comienzo del juicio al falso monje Saholin . Por no hablar del distinto trato que los medios han procurado a la noticia del ex-director del FMI, y la fea jugada que sus compañeros del Partido Popular, una gran parte de ellos psicópatas integrados socialmente, le han hecho a ese prócer de la patria llamado Rodrigo Rato, que ha demostrado ser uno de ellos. Como decía, nos gusta la carne frita, a la plancha, a la brasa, cocida, cruda, asada, curada, y picada. Y si es con la advertencia de que "estás imágenes pueden herir su sensibilidad", mucho más. 
Elijan bien el plato que van a comer, y luego hagan click en el menú principal.

lunes, 20 de abril de 2015

EL PSICÓPATA POLÍTICO Y ECONÓMICO DEL SIGLO XXI



La empatía es el arte de ponerse en el lugar del otro: pensar y sentir las mismas emociones que él. Algunas personas desarrollan esa habilidad de un modo innato, otras lo hacen con el paso del tiempo, por la acumulación de experiencias. Pero no es de la empatía de lo que voy a escribir, sino de la falta de ella. Solo unas pocas lineas para relacionar el poder político y económico con graves trastornos de la personalidad. 
En 1801 el médico francés Philippe Pinel fue el primero en hablar de locura sin delirio (sin confusión de mente), para referirse a cierto tipo de maníacos. Un poco más adelante, en 1835, el británico J.C. Pritchard nos dejó el concepto de locura moral para referirse a una enfermedad consistente en la perversión de los sentimientos naturales, de los afectos, las inclinaciones, el temperamento, los hábitos, las disposiciones morales y los impulsos naturales, sin que aparezca ningún trastorno o defecto destacable de la inteligencia, o en las facultades de conocer y razonar, y particularmente sin la presencia de ilusiones anómalas o alucinaciones. Para Pritchard el término moral hace referencia a lo emocional y psicológico, no a su opuesto inmoral.
Ya en el siglo XX contamos con las aportaciones inestimables de Harvey Cleckley y Robert Hare. Ambos elaboran una serie de características que definen la personalidad del psicópata, tanto del delincuente y asesino, como del integrado socialmente; siendo este último el que interesa para este post. 
Algunas de las características y criterios que definen al psicópata y su comportamiento son las siguientes según Cleckley.

Encanto superficial e inteligencia.
Ausencia de delirios u otros signos de pensamiento no racional.
Ausencia de nerviosismo o manifestaciones psiconeuróticas.
Escasa fiabilidad.
Falsedad o falta de sinceridad.
Falta de remordimiento y vergüenza.
Conducta antisocial sin un motivo que la justifique.
Juicio deficiente y dificultad para aprender de la experiencia.
Egocentrismo patológico y carencia de empatía.
Pobreza generalizada en las principales relaciones afectivas.
Pérdida específica de intuición.
Insensibilidad en las relaciones interpersonales generales.
Conducta extravagante y desagradable bajo los efectos del alcohol y, a veces, sin él.
Amenazas de suicidio raramente consumadas.
Vida sexual impersonal, frívola y poco estable.
Incapacidad para seguir cualquier plan de vida.

Según Hare son:

Gran capacidad verbal y un encanto superficial.
Autoestima exagerada.
Constante necesidad de obtener estímulos y tendencia al aburrimiento.
Tendencia a mentir de forma patológica.
Comportamiento malicioso y manipulador.
Carencia de culpa o de cualquier tipo de remordimiento.
Afectividad frívola, con una respuesta emocional superficial.
Carencia de empatía. Crueldad e insensibilidad.
Estilo de vida parasitario.
Falta de control sobre la conducta.
Vida sexual promiscua.
Historial de problemas de conducta desde la niñez.
Falta de metas realistas a largo plazo.
Actitud impulsiva.
Comportamiento irresponsable.
Incapacidad patológica para aceptar responsabilidad sobre sus propios actos.
Historial de muchos matrimonios de corta duración.
Tendencia hacia la delincuencia juvenil.
Revocación de la libertad condicional.
Versatilidad para la acción criminal.

Como se puede observar, criterios y características encajan perfectamente en el comportamiento de los que ostentan el poder político y económico. Y lo hacen porque los votantes se lo llevamos consintiendo años, sobre todo por falta de información o ignorancia. De otro modo no se entiende que, elección tras elección (allí donde las hay de un modo más o menos democrático), les concedamos el derecho a legislar e imponernos leyes, reglamentos y normas que van contra el sentido común, la libertad del individuo, de expresión y otros derechos fundamentales que se conculcan sistemáticamente con el apoyo de amplios sectores de la sociedad, sectores dirigidos por personas de dudosa credibilidad en sus capacidades emocionales y de empatía.
Para Robert Hare un 1% de la población total es psicópata, aunque en la actualidad se acepta como más probable el 2%. Ésto significa que todos nos hemos cruzado o nos cruzaremos con uno en nuestras vidas; y no me refiero a un asesino en serie, sino a un compañero de trabajo, uno que creíamos amigo, padre, jefe...o gobernante.
Existe un test: PCL-R, que detecta la tendencia y el comportamiento psicopático, y que de momento se aplica a poblaciones reclusas, aunque no veo motivo alguno para que no se sometan a el mismo las personas que se presentan a un cargo de responsabilidad política: médicos, jueces, fiscales, abogados, policías, concejales, alcaldes, senadores, diputados, presidentes..., y aquellos que alcanzan demasiado poder en las grandes empresas y corporaciones, porque visto lo que son capaces de hacer necesitamos algo más que el voto y los controles que la acción de la justicia realizan hasta la fecha.

jueves, 16 de abril de 2015

INDECENCIA E INDECENTES

Viñeta de El Roto de 15/04/2015

Principios, valores, ideas, convicciones... Esas cosas que diferencian a unos seres humanos de otros, ¡y cómo los diferencian! A diario vemos y leemos en los medios de comunicación las medidas que toman los bancos centrales, los ministerios de economía y hacienda, las entidades financieras. Observamos y escuchamos atónitos a los economistas repetir las mismas sandeces desde hace cincuenta años, sin ruborizarse ni mostrar el más mínimo gesto de arrepentimiento. Seguimos con las mismas tontadas que ya dijo Milton Friedman, y, que con tanto ahínco se han ido aplicando desde la etapa de Reagan y Thatcher, permitiendo que las grandes corporaciones dominen el pensamiento social y político en detrimento de los avances sociales, reduciendo al individuo a una especie de depredador descerebrado sin humanidad ni ética; preocupado tan solo por obtener el último modelo de teléfono móvil o aparato tecnológico que lo mantenga conectado con otros congéneres a lo largo y ancho del mundo -bien es cierto que algunas cosas se consiguen con estos avances informáticos-, pero no dejan de ser un modo de alimentar las cuentas corrientes de Appel o Microsoft, y sobre todo de sus consejeros delegados y grandes ejecutivos. La codicia y avaricia que alimenta la verborrea de los grandes líderes se basan precisamente en la carencia de valores, ideas, principios y convicciones de los que hablaba Marx, Groucho Marx. La absoluta falta de decencia que sale por la boca de estos individuos -todos ellos reos de la Justicia en un mundo decente-, y que con tanta desvergüenza son aplaudidos y jaleados por sus acólitos y admiradores, convierte y transforma, día a día, la tierra, en un lugar menos habitable. La escoria controla el mundo desde hermosos coches de lujo y yates de setenta metros de eslora. Se nos cae la baba al ver un billete de 500€ o cuando nos adelanta un Ferrari en la autopista, y nos invade una rabia mediática cuando vemos un desahucio por la televisión. Algunos esperan que un dios misterioso e imposible les salve, incluso cometen terribles crímenes en su nombre. Dioses hay muchos, pero ninguno tan real y atroz como el dios mediático de la mentira falaz y la hipocresía. El mundo se ha dividido en dos categorías de personas: las que venden algo (unas pocas) y las que lo compran (la mayoría). ¿Es ésto lo que queremos como especie?



jueves, 9 de abril de 2015

LA REALIDAD DE LOS SUEÑOS




Una especie de mancuerna en lo alto de una estructura de hierro de las que se utilizaban antes en los parques infantiles. Una fábrica sucia y vieja, donde trabajaban gentes que creía conocer y que luego no sabía quienes eran. Los rasgos de los rostros eran reconocibles, su trato amable, sin embargo no lograba poner nombre a las caras. Hay un chalet adosado, pero también es una casa independiente. Puede entrar y husmear aunque esta habitada, pero al mismo tiempo tiene que ser cauteloso. Tiene ganas de llorar, unas irresistible necesidad de hacerlo. Pregunta a unos y otros sin que nadie sepa darle razón, aunque hay una evidente cordialidad en las respuestas. Deambula arriba y abajo por la población, errático, triste.
Una desazón, indefinida y en apariencia sin sentido, se apodera de su mente. Es todo tan real, tan vívido, que parece un sueño. Pero está muerta. Lo supo nada más llegar, al ver los objetos inánimes, grises; sobre todo cuando subió a la estructura infantil  y comprobó que la absurda mancuerna que lo coronaba se desprendió oxidada en sus manos.
Coleccionamos recuerdos e instantes de lo vivido, incluso de lo imaginado, con la profusa imperfección de un sistema neuronal regido por las emociones y los sentimientos. En ocasiones, al despertar, nos sobreviene el vago recuerdo del último sueño que vuelve más real, si cabe, el final del soliloquio de Segismundo: 
"...Yo sueño que estoy aquí 
destas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño
y los sueños, sueños son".

domingo, 5 de abril de 2015

NUNCA SE ES DEMASIADO MAYOR

Y todavía dice que no le haga fotos.
Pero si la voy a sacar muy guapa. Le digo.
¿Cómo me vas a sacar guapa, si nunca lo he sido?
Pero no importa si ha sido o no guapa alguna vez. Importan los años y que ahora es una mujer simpática..., y la saco en la foto.

jueves, 2 de abril de 2015

MUSEO DEL SIGLO XXI






España es un estado aconfesional, pero... Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones...(Artículo 16.3 de la CE). Un enunciado de la Carta Magna que hace sonrojar a las pocas personas con sentido común que aún quedan por estos lares de procesiones, vírgenes, santos, romerías de alcohol, sexo y farlopa atravesando Parques Nacionales declarados Patrimonio de la Humanidad, todo ello aderezado por una Conferencia Episcopal anclada en el Concilio de Trento, retrograda hasta el paroxismo y por lo tanto peligrosa para la libertad del individuo y la sociedad. Una sociedad adocenada en la corrupción y la superstición más burdas, algo muy apropiado para seguir manteniendo la correspondiente cuota de poder sin el más mínimo atisbo de inteligencia, aunque con la astucia propia del trepa y el desahogado que solo busca su propio beneficio.
Es por todo éso que la viñeta de Andrés Rábago (El Roto), me ha sacado una sonrisa en esta soleada mañana, y me he imaginado en un mundo futuro visitando un hipotético museo, donde, en una vitrina, se muestran los usos y costumbres del comienzo del siglo XXI. A un lado el maniquí que representa la ciencia, la tecnología y el progreso; al otro, un tétrico nazareno opuesto a la razón y la lógica, anclado al suelo de la ignorancia.