martes, 24 de marzo de 2015

LOS IDUS DE MARZO



Cuídate de los idus de marzo, pero Julio Cesar no hizo caso de la advertencia, no en vano era el conquistador de la Galia y dictatur perpetuus hasta el día de su asesinato. Se llamaba idus a los días 15 de los meses de marzo, mayo, julio y octubre, y al día 13 del resto de meses según el cómputo romano. Eran considerados días de buenos augurios, sin que exista o haya existido una razón lógica para considerarlos así. La superstición es algo inherente a lo humano, al menos para algunos, en tiempo de romanos y en los de internet. No es necesario recordar el modo en que la superstición en forma de religión afecta a las costumbres, ideas, pensamientos y relaciones entre los seres humanos; sobre todo cuando es amparada por el poder bajo el paraguas de la ignorancia y la incultura. Pero ésto es cosa sabida para ti, lector de blogs y navegante de redes sociales sin barco ni bitácora.
No hay más sabiduría que la del género homo en el Universo conocido. Y ya sabemos como nos las gastamos con nuestro entorno. Hay personas que se preocupan, piensan y hacen cosas que nos hagan mejores; otras hacen lo que pueden y las más, éstas son las peores, que siempre están poniendo palos en las ruedas. Es la escasez del reparto del conocimiento, la negligencia y egoísmo humano lo que nos hace tan vulnerables a la supervivencia, sin tener en cuenta otros factores externos ajenos al hacer de los hombres. En muchos aspectos somos una creación de la Naturaleza excepcional, pero tampoco tenemos con qué o quién compararnos fuera de la Tierra, por lo que nuestra excepcionalidad está supeditada a lo que conocemos, y, aunque sabemos muchas cosas, aún quedan más que ignoramos (éste es el germen de la superstición y religión), lo que no es óbice para que sigamos adelante -no tenemos otro recurso temporal-, y seguir avanzando en conocimiento. Una buena cosa para empezar a ser mejores es no acumular demasiados hijos ni riquezas, parece fácil, no me ha costado nada escribirlo, hacerlo es más complicado, ya que chocamos de frente con el individualismo, el egoísmo, la libertad, la codicia, ambición...,y el deseo de perpetuarse como especie. De una cosa puedes estar seguro, apreciado lector: nuestro planeta tiene una capacidad limitada y tus descendientes se merecen una vida mejor, o no, total, tú ya estarás muerto.

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