jueves, 17 de diciembre de 2015

CAMBIAR EL MUNDO



¿Cómo era éso de imaginarse a uno mismo haciendo las cosas que siempre ha querido, todas seguidas, hasta el final?...
¿Cómo era lo de ser libre?
¿Cómo eran todas las cosas antes de que las olvidáramos y viviésemos una vida tan parecida?
En el libro de Antony Beevor y Luba Vinogradova, Un escritor en guerra, basado en las notas personales del escritor y periodista ruso Vasili Grossman (Vida y destino) durante la II Guerra Mundial como corresponsal del guerra del periódico Estrella Roja, nos muestra el lado íntimo de la guerra. Todos esos detalles de la vida cotidiana  cuando la vida apenas vale un proyectil de fusil de asalto, una granada, o una bomba mientras fumas majorka en una izba. En esos tiempos, el generoso lo es más; el codicioso verá y gozará de grandes oportunidades; el miedo nos hará hacer cosas increíbles, y el asesino campará a sus anchas entre la civilizada barbarie que es la guerra. Así somos siempre, tan solo varía el ritmo al que se vive la vida. Veloz, vertiginoso y muy peligroso; más lento, con suaves y largas subidas acompañadas de algún atisbo de abismo, menor sensación de peligro.
Pero no siempre es así, ¿verdad? Algunos especímenes del genero homo no se ajustan al gregarismo medio de ninguno de los tiempos. Todos conocemos a alguien que no podemos "clasificar" adecuadamente. Si, claro, éso pasa con todos..., aunque no en el mismo grado. No conozco una sola persona normal, pero si reconozco -y todos somos capaces de hacerlo-, la excepcionalidad cuando la veo. Esas personas excepcionales no lo son por sus atributos públicos y notorios, no. Están entre la masa, hacen cosas muy parecidas al resto, son difíciles de detectar, salvo que te dejen acceder a la intimidad de su ser. Entonces te das cuenta de que hay otro modo, otra forma, de ver y sentir las cosas. Que todo está en nuestros sentidos y mente. Un lugar abierto a los sentimientos y emociones, donde la libertad no tiene limite y la profundidad cálida, como de agua tibia, se ilumina con una frase, una idea, un pensamiento, un gesto. No sé si cambian el mundo, y no creo que éso les importe, de lo que estoy seguro es de que, a veces, me gustaría ser uno de ellos.

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