En San Gimignano (Italia), en la Piazza della Cisterna, se encuentra la gelateria Dondoli. San Gimignano es un pueblo encantador y precioso de la Toscana, cerca de Siena, plagado de arquitectura y arte para disfrutar. Sin embargo nunca olvidaré el fantástico helado de azafrán que comí frente a la boca del pozo de la cisterna que se encuentra bajo la plaza. En su brocal se pueden ver las rozaduras de las cuerdas para sacar el agua.
como Proust y su magdalena, así me he sentido al ver el helado y la heladería.
ResponderEliminarNo sé si tiene usted moderados los comentarios, porque no han salido.
saludos
Ayer domingo (de mierda), Javier Marías escribía un artículo sobre el uso del tuteo y el usted con el que, para nada, estoy de acuerdo, salvo por la queja del anciano con el que inicia su artículo.
EliminarSi tuviera que escribir un remedo de El tiempo perdido preferiría el recuerdo del gelato de azafrán a una triste madalena. El gelato me impulsa a viajar a San Gimignano a comer otro, la madalena es de un aburrimiento soberano.
Un cordial saludo
Si, leí el artículo (en el domingo de miiierda) y tampoco estoy de acuerdo, pero es que Marías es muy decimonónico, cada día se parece más a su padre (Julián), aunque me gusta más la filosofía del último que la reiteración aburrida del hijo.
ResponderEliminarSi, yo también me quedo con ese helado, el mejor del mundo, para mi modesta opinión.
Ese viaje es el que se hace y se vive y revive con ilusión y una sonrisa infantil.
Igualmente, un cordial saludo.