Y no es ésa la cuestión. En la tragedia del bardo se masca la comedia, sobre todo en el famoso monólogo cuando dice aquello de "...morir, dormir, ..." Ni el mismo Hamlet sabe si vive, sueña o es fruto de la mente de un soñador.
La materia y su representación, sobre todo esta última, transmuta lo que creemos vida en una sencilla parodia de una ensoñación cruel de lo que a menudo se nos antoja real.
Pero que nadie sufra por ello, para eso están los actores.
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