Finca rústica con vivienda y dependencias adecuadas, típica de amplias zonas de la España meridional (DRAE).
En muchos casos llegaron a ser autosuficientes. Cultivaban y criaban lo que comían y vendían los excedentes. También suelen ser propiedad de una persona, que a su vez posee la propiedad de las tierras circundantes, por lo general cientos o miles de hectáreas cuadradas. En el cortijo trabajan otras personas por un salario: guarda, pastores, agricultores, personal de servicio, etc. El amo puede o no residir en el mismo, o acudir cuando lo estime oportuno.
El cortijo, en su apogeo, era un microcosmos social, una copia en miniatura de la organización a gran escala de un estado, pero con menos dueños.
Y éso es todo lo que quiero decir sobre los cortijos.
